CHÂTEAU MASSEREAU - AOC Barsac – Graves – Bordeaux Supérieur
Hoy emprendemos el viaje de retorno a Valencia. Nos queda un largo camino, y mucho que disfrutar...
Muy tempranito, fieles a la cita, todos los eno-viajantes, grandes amigos ya todos a estas alturas de la incursión en tierras bordelesas, vamos apareciendo por la sala destinada a los desayunos, maletas en ristre. Afortunadamente, hoy el bus está en la puerta a su debido tiempo, listo para “embarcar”.
Por mediación de mi buen amigo Felipe Gutiérrez de la Vega, conocí hace algunos años, en VINOBLE, esa magnifica exposición de grandes vinos NOBLES y LICOROSOS que se celebra bianualmente en Jerez, a una familia de productores afincados en Barsac en un lugar llamado “La Pachère”: la familia Chaigneau, propietarios de Château Massereau desde 1990. Les prometí que los visitaríamos, y al fin, hoy se presentó la ocasión.
Foto de Mª Angeles Novella |
Tenemos la gran suerte de que el clima acompaña inmejorablemente. El paisaje entre viñedos bañados de brumas es espectacular a la vez que emocionante.
Situado a 40 Km al sureste de Burdeos, Château Massereau es una antigua Masía de caza del s. XVI, cuyas tres torres dominan uno de los viñedos más pequeños y preciosos de Barsac: solamente 1 Ha de Sémillon y Muscadelle, plantadas en el margen del río Céron, quién desempeña una labor fundamental en la particular viti-vinicultura de la zona en la que las nieblas que bañan los viñedos por la mañana hacen posible, desde el comienzo del otoño, la aparición y desarrollo del ya famoso hongo Botrytis Cinerea también apodado "podredumbre noble". Como ya sabemos, éste tiene el efecto de pasificar las bayas recubriéndolas de una especie de ceniza y concentrar tanto los azúcares como los ácidos del fruto de la vid; factor importante, éste último que no debemos obviar. A pesar de su pésimo aspecto, Botrytis Cinerea vale su peso en oro, ya que gracias a él, los vinos dulces elaborados con uvas bajo su influencia adquieren una riqueza aromática y una longevidad a prueba de generaciones.
Foto de Mª Angeles Novella |
Foto de J. R. |
Jean-François y Philippe Chaigneau forman parte de esta nueva generación de enólogos que han decidido sacrificarlo todo para conseguir elaborar un vino extraordinario, de aquellos que una dejaría reposar en la bodega durante años para descorcharlo en la boda de su hija… ¿Se les puede tachar de “locos”? ¡Es posible! Pero a las pruebas me remito: los productos de lujo tienen cada vez un mayor mercado, y los sauternes “con encaje de bolillos” elaborados artesanalmente por los hermanos Chaigneau ya han empezado a “descolocar” a algunos de los “grandes míticos” de la zona en las catas a ciegas profesionales. ¿¿¿Porqué será???
No hay secretos cuando las cosas se hacen bien respetando el medio ambiente. Sólo utilizan productos fitosanitarios de contacto (la Dra Novella nos aclara que son los denominados “ecológicos”) y todas las labores se llevan a cabo de forma manual. Todo está pensado desde la poda para dejar madurar únicamente 6 rácimos por cepa. En la elaboración, no hay ninguna adición de productos enológicos, ni siquiera levaduras ya que utilizan las “autóctonas” que entran en la bodega con la uva. Tán sólo el estricto mínimo de metabisulfito. Por cierto, desde hace dos años, llevan a cabo una elaboración “experimental” en tintos sin sulfuroso que está dando excelentes resultados.
Foto de Mª Angeles Novella |
Una cosecha “grano a grano”, de 8 a 12 “tries” (pasadas por la misma viña) en función del grado de madurez y desarrollo de la podredumbre noble, recolectando sólo las bayas botrytizadas al 100 %. Esta vendimia tan selectiva puede durar aproximadamente un mes y medio. A continuación, cada noche, se extraen los mostos muy lentamente, utilizando una antiquísima prensa tradicional de madera de roble accionada manualmente. Esta operación puede llegar a durar 14 horas para obtener 120 litros de mosto que se transformará en “oro liquido”.
La fermentación se lleva a cabo en barricas de roble puestas en pié con una de las tapas abierta. La crianza se realiza en barricas nuevas para cada cosecha. A diferencia de muchos de los vinos nobles producidos en sauternes, los de Château Massereau no son chaptalizados, ni acidificados, ni filtrados, por lo que expresan de forma natural las características específicas de cada añada: 2001 (añada espectacular), 2002 (impresionante), 2003 (año caluroso donde las haya, que sin embargo sorprende por su finura), 2004 (magnífico), 2005 (otro año inmenso), 2006 (año de enorme selección del que sólo se elaboraron 2 excelentes barricas), 2007 (grandioso), 2008 (año de rendimientos escasos, también sólo dos estupendas barricas), 2009, 2010 y 2011 (aún sin embotellar, descansando en roble); cada uno tiene una enorme personalidad y un potencial inimitable.
Por otra parte, además de los vinos “naturalmente dulces” (La Pachère y “M” de Massereau), los hermanos Chaigneau producen y comercializan uno de los más atractivos “Bordeaux clairet”, un rosado natural (50% merlot, 50% cabernet sauvignon) fermentado en barricas de 3 años con crianza en roble, fresco y fácil de beber, a 5 € la botella (allí).
Foto de Mª Angeles Novella |
Por supuesto, como hemos comentado al principio de esta crónica, producen también excelentísimos vinos tintos de Graves (Cuvée Socrates) y AOC Bordeaux Supérior (Tradition y Cuvée “K”).
Foto de J. R. |
¡Ojo a los sumilleres y profesionales del sector! Tenemos en mente invitar a nuestros amigos Chaigneau a visitar Valencia en Fallas y aprovechar su estancia para organizar una VERTICAL de sus vinos. Por supuesto, el aforo será restringido, de modo que… atentos a la convocatoria.
Continuará...