sábado, 2 de noviembre de 2024


WORL PAELLA DAY CUP 2024


el reto global que celebra    la esencia de valencia

El 20 de septiembre de 2024, Valencia se convirtió nuevamente en el epicentro mundial de la paella, al acoger la quinta edición del World Paella Day Cup. Con doce cocineros internacionales compitiendo por el título al mejor chef de paella del mundo, el certamen no fue solo una competencia culinaria, sino una celebración de la riqueza cultural, social y gastronómica de la ciudad que vio nacer este icónico plato.

una celebración global en torno a la paella


El lema de esta edición, “Paella: un idioma universal”, fue más que una simple frase. Reflejaba la capacidad de este plato para unir culturas, técnicas y tradiciones diversas, transformando la paella en un símbolo que trasciende fronteras. Desde Japón hasta Colombia, pasando por Irlanda y China, los doce chefs finalistas no solo trajeron sus habilidades culinarias, sino también una interpretación personal del plato que representa a Valencia y su espíritu. Lo que hace al World Paella Day Cup tan único no es solo la calidad técnica de los cocineros, sino su capacidad para captar la esencia de la paella: un plato que se cocina lentamente, que nace del respeto a los ingredientes locales y que se disfruta en compañía, como una expresión de unión y celebración. En esta edición, los participantes demostraron cómo un plato de arroz puede convertirse en un vehículo de conexión entre culturas y personas.

la esencia de valencia en cada grano de arroz

Más allá del concurso, el World Paella Day es una oportunidad para sumergirse en la cultura valenciana. Antes de la competición, los chefs participaron en una serie de actividades formativas que les llevaron a conocer los lugares clave que abastecen de productos frescos a la ciudad. Visitaron la Albufera, la huerta, la lonja de pescados y los mercados municipales, descubriendo de primera mano la calidad de los ingredientes que hacen de la paella un plato extraordinario. Estos días previos permitieron a los cocineros comprender el verdadero significado de cocinar una paella: no es solo técnica, es historia, es tierra, es tradición.

En cada visita, los chefs y sus equipos se encontraron con la cultura viva de la dieta mediterránea, una forma de vida que se refleja en cada producto local y en cada receta. Esta inmersión completa les permitió comprender la esencia de la paella, no solo como plato, sino como un reflejo de la sociedad valenciana, sus costumbres y su respeto por los recursos naturales.



el desafío: doce cocineros, una sola copa

Los cocineros seleccionados para esta edición procedían de diversas partes del mundo: John Kenwright (Irlanda), Jordane Estevez (Francia), Giuseppe Bardelli (Italia), Irina Cristina Turcu (Rumanía), Nick Todorov (Bulgaria), Miguel Ángel Moreno (Colombia), Jorge Alberto Castellanos Rodríguez (México), Franklin Javier Dasso Seminario (Perú), Joe Padilla (Puerto Rico), Avinash Agarwal (Emiratos Árabes Unidos), Yuqin Yang (China) y Shingo Hinokio (Japón). Todos ellos tuvieron que enfrentarse a un jurado experto compuesto por figuras reconocidas en el mundo de la gastronomía.

El reto fue mucho más que seguir una receta tradicional. El jurado evaluó aspectos que iban desde el aroma y el sabor, hasta el punto exacto de cocción del arroz y la creación del socarrat, esa capa dorada y crujiente en el fondo de la paella que muchos consideran el alma del plato. Sin embargo, lo que hizo destacar a los finalistas fue su capacidad para integrar sus propios estilos y técnicas, manteniendo al mismo tiempo la autenticidad del plato valenciano.

una final inolvidable

De los doce competidores, solo seis lograron llegar a la fase final: los representantes de Rumanía, China, México, Japón, Colombia y Puerto Rico. Tras una reñida competencia, el Chef Joe Padilla de Puerto Rico se llevó el primer premio, un trofeo diseñado por el afamado artista fallero José Luis Platero. Miguel Ángel Castro, de Colombia, ocupó el segundo lugar, mientras que Shingo Hinokio, de Japón, se hizo con el tercer puesto.

Este resultado no solo premió la habilidad técnica, sino también la capacidad de los chefs para conectar con la cultura valenciana. Cada uno de los finalistas aportó algo único, pero todos compartieron una comprensión profunda del valor social y gastronómico de la paella, algo que los jueces valoraron especialmente.

 


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