jueves, 20 de octubre de 2011

NO GANAR UN CONCURSO... SIN SUFRIR



Una semana en Champaña

Crónica de Jordi Melendo (con el permiso de su autor)
Publicada en El MundoVino.Com




Este era el premio para cada uno de los Ambassadeurs du Champagne por haber ganado las correspondientes finales nacionales: una semana en la Champaña. Una semana en la que además se celebraba la final europea de un concurso que organiza el Comité Champagne (CIVC), que ha celebrado su séptima edición y que se dirige a formadores en vinos de Champaña, ya sean profesores de escuelas de hostelería o de otros centros de formación, sumilleres, enólogos, animadores de clubs de degustación, periodistas, etcétera.

A primeras horas de la tarde del lunes 10 de octubre los participantes íbamos llegando al Hotel Castel Jeanson, en Aÿ, propiedad de la familia Goutorbe, productores de champán en la misma localidad, un Grand Cru en el que están instaladas célebres casas como Bollinger, Ayala, Gosset, Deutz, Gatinois, René Geoffroy, Henri Goutorbe, Collet… Un terruño con una marcada identidad en el que nacen unos pinots noirs con una gran pureza de aromas, un gusto con gran riqueza y una remarcable estructura.

Los finalistas fueron Lidwina Weh, sumiller en el Hotel Louis C. Jacob, Hamburgo, representante de Alemania, el belga François Bertrand, gerente de 'Perles du Cellier', Bruselas, el francés Thierry Raynier, profesor en el Lycée Hôtelier, Toulouse, Edwin Dublin, de 'Berry Bros & Rudd Ltd', Londres, representando al Reino Unido, Anja Vondenhoff profesora de hostelería en Roc Aventus, Apeldoorn, por los Países Bajos, Tzvetan Mihaylov, profesor en el IHTTI, School of Hotel Management, Neuchâtel, por Suiza, el sumiller italiano Andrea Gori, y el que firma este artículo.


Cuando Delphine Coustheur, enóloga encargada de comunicación del CIVC y responsable de la organización del concurso, nos desveló el programa de la semana, hasta ese momento mantenido en secreto, más de uno nos quedamos con la boca abierta. Pocos minutos más tarde, salíamos hacia el colindante pueblo de Mareuil-sur-Aÿ, para llegar a la casa Champagne Philippponnat.

Con Nicoletta de Nicolo, responsable de relaciones públicas de Philipponnat, nos desplazamos paseando hasta el famoso Clos des Goisses, un viñedo con plena exposición sur, con unas inclinaciones de entre 30 y 45º, con un total de 5,5 ha. en las que se reparten un 65% de viñedos de pinot noir y un 35% de chardonnay. Después de visitar las instalaciones, pasamos a la sala de catas, donde Charles Philipponnat, presidente de la firma, nos dirigió una vertical de Clos des Goisses en un orden inhabitual bien estudiado: 2002, 1995, 2001 y 1991. La jornada acabó con una cena durante la que se cataron los champanes Cuvée 1522 Grand Cru 2002, Clos des Goisses 2000, Réserve Millésime 2003 y Sublime Réserve 2002.


Al día siguiente tuvimos que madrugar, ya que nos esperaban dos horas de ruta en el minibus para desplazarnos a la región del Aube. El Aube es la zona de la Champaña vitícola que queda más al sur y es limítrofe con la Borgoña. En los suelos domina la presencia de marnas (arcillas calcáreas) y la principal casta que se cultiva es la pinot noir. Se trata de la única zona de la Champaña que cuenta con tres AOC: Champagne, Coteaux Champenois y Rosé des Riceys.

La visita matinal fue a la casa Champagne Devaux, situada en Bar-sur-Seine. Union Auboise es una cooperativa de segundo grado que agrupa a más de 200 adherentes (unas 321 ha.), cuyas viñas están repartidas sobre 19 terruños en una proporción de 90% pinot noir y 10% chardonnay. Nos recibieron Jean-Noël Girard, director comercial export y Michel Parisot, enólogo 'chef de caves', quien en la sala de catas dirigió una sesión en la que catamos diferentes 'vins clairs', como denominan en Champaña a los vinos tranquilos que son la base del champán, de diferentes castas, añadas y terruños. De hecho el arte del 'assemblage', la mezcla de los vinos base, era el tema central del concurso de este año y esta cata suponía una gran aproximación a la cuestión. Entre la cata y el posterior almuerzo, catamos ocho cuvées distintas y un Rosé des Riceys.

Castas minoritarias

A las 5 de la tarde llegamos puntuales a nuestra siguiente cita: Champagne Drappier, en Urville, población situada al noreste de Bar-sur-Seine, más cerca de Bar-sur-Aube. Allí nos recibió "como en casa" su presidente, Michel Drappier. En un gran salón presidido por la imagen de Saint Bernard de Clairvaux (1090-1153), monje cisterciense quien jugó un importante papel en la historia de la Champaña, catamos los champanes Drappier Brut Nature Pinot Noir Zéro Dosage, Cuvée Rosé Léger Brut, Brut Nature Rosé Pinot Noir Zéro Dosage, Drappier Quattuor, Blanc de Quatre Blancs (elaborado con las castas blancas petit messier, arbanne, blanc vrai y chardonnay). Poco rato más tarde se sumaron al grupo un buen número de miembros de la Asociación de Sumilleres de Austria, con quienes visitamos la cava en la que catamos siete vinos tranquilos y tres licores de expedición.


Para muchos de nosotros fue una primera experiencia catar los licores de 'dosage' de diferentes orígenes en cuanto a castas y añadas. La cena a base de la típica 'andouillette' en Drappier se desarrollo en un clima informal y en un ambiente de extrema cordialidad, no podía ser menos cuando las botellas iban descorchando una detrás de otra, desde un Drappier Carte d'Or Brut en formato jeroboam a las cuvées Brut Charles de Gaulle, Grande Sendrée 2004, Millésime Exception 2004… No pudimos esperar a que Michel Drappier abriera el millésime 1995 que tenía previsto, porque nos esperaba una larga ruta de regreso al hotel en Aÿ.

El miércoles 12 de octubre, a las 10 de la mañana, llegamos a la Abadía de Hautvillers, donde a finales del siglo XVI y principios del XVII, el monje benedictino inició el arte del 'assemblage' y perfeccionó algunas fases del proceso empírico del proceso de elaboración del champán. Ante su tumba nos hicimos una foto que seguramente todos guardaremos con cariño, ocho personas de ocho nacionalidades ante el lugar donde reposan los restos de tan emblemático personaje. Desde Hautvillers, descendimos entre los viñedos y ante un espectacular paisaje de las dos riberas del río Marne para llegar a Epernay, hasta llegar a la famosa Avenue de Champagne. Visitamos las instalaciones de Moët & Chandon, con cata y almuerzo en la Résidence de Trianon teniendo como anfitrión a Stanislas Rocoffort, director de comunicación internacional. Durante el almuerzo se sirvieron los champanes Moët & Chandon Grand Vintage 2002, Grand Vintage Rosé 2002 y Millésime 1992 en formato magnum. Un buen año para España, me atreví a apuntar, ahora todo es un poco distinto.


Desde Epernay viajamos hasta Vertus, pasando ante todos los pueblos de la Côte des Blancs: Cramant, Avize, Oger, Le Mesnil-sur-Oger (este es mi pueblo! comenté a mis compañeros) y Vertus. La casa que nos abría sus puertas era Champagne Veuve Fourny et Fils. Los hermanos Emmanuel y Charles-Henry Fourny nos presentaron sus productos, con una previa sesión sobre el 'terroir' de la mano de Geoffrey Orban, de la empresa Educa Vin, Ambassadeur du Champagne en Francia 2006 y laureado ese mismo año con el premio CIVC en la final europea.

Catamos cuatro vinos de 2011 de diferentes parcelas dentro del mismo municipio de Vertus, con distintas altitudes y espesor de arcilla y caliza, así como distintos vinos de las barricas, para posteriormente catar los champanes Vve. Fourny & Fils Brut Nature Blanc de Blancs Premier Cru, R de Vve. Fourny & Fils Vertus Extra Brut, Grand Millésime 1996, Cuvée du Clos 'Fg Notre Dame' 2000 Extra Brut Premier Cru y Rosé Brut Vertus Premier Cru. Durante la cata, Geoffrey Orban, nos hizo vivir una interesante experiencia: Preparó una solución de creta en agua para, tanto en nariz como en boca, catarla al mismo tiempo que uno de los champanes, con lo que se podía apreciar la relación entre la tierra y el producto final.

La más antigua


De Vertus hacia Reims, para visitar la Maison Ruinart, la casa de champán más antigua, fundada en 1729 por Nicolas Ruinart, y que debe su nombre al tío del fundador, el monje benedictino Dom Ruinart, buen amigo de Dom Pérignon, gran teólogo instalado en Saint-Germain des Près e introducido en la corte, que animó a su familia de Reims para diversificar sus negocios y producir un nuevo vino espumoso que comenzaba elaborarse en la región. Precisamente esa misma mañana, en la Abadía de Hautvillers, pudimos ver su tumba junto a la de Dom Pérignon. En Ruinart nos esperaban Julie Murez, del departamento de relaciones públicas de la empresa y Thibaut Le Mailloux, director de comunicación del CIVC. Hacia poco más de un año que había estado en Ruinart, pero aún así me siguen sorprendiendo sus espectaculares galerías subterráneas, las 'crayères' (canteras de caliza) de la época galo-romana.

Para el aperitivo nos ofrecieron un Dom Ruinart 2002, mientras que la cena giraba en torno al rosé, con unos platos muy bien armonizados y con un orden no habitual en una cata pero con un gran significado gastronómico. Empezamos con Ruinart Rosé, después Dom Ruinart Rosé 1998, 1988, 1996 y para finalizar, con los postres, nuevamente Ruinart Rosé. El 88, servido en magnum fue uno de los champanes que más me emocionó de cuantos llegamos a probar en todo el viaje. Invité a mi colega suizo a llevarse la copa a la nariz cerrando los ojos. Casi llora. Jueves, día de exámenes y por tanto nervios. Muchos nervios. En la sede del CIVC en Epernay el jurado ya estaba en una sala, mientras en otra se realizaba el sorteo para el orden de las intervenciones. El jurado lo formaban 8 profesionales, de cada una de las nacionalidades que participaban en el concurso y estaba presidido por Jean Baptiste Lécaillon, director general adjunto y chef de caves de Champagne Louis Roederer. Por la mañana se realizó la exposición teórica sobre un tema elegido entre dos alternativas también a través de un sorteo. Por la tarde, después de compartir mesa los miembros del jurado y los participantes en el restaurante La Table Kobus, se llevo a cabo la sesión práctica catando y presentando tres champanes cuya identidad conocías en el mismo momento en el que entrabas a la sala y sobre los que tenías que realizar una pedagógica presentación: François Bedel Brut, Jacquesson Cuvée nº734 y Mailly Grand Cru Millésime 2004. La suerte ya estaba echada.

Por la noche cenamos en el restaurante Le Théâtre en Epernay, en cuyos fogones trabaja con destreza el chef belga Lieven Vercouteren, y donde compartimos mesa con Philippe Wibrotte, delegado de relaciones públicas del CIVC. Los champanes que acompañaron la cena fueron Bruno Paillard Première Cuvée y Larmandier-Bernier Tradition Premier Cru. Como no teníamos bastante, los 'ambassadeurs' nos dirigimos a tomar "una copita" de champán a un piano-bar. Se abrieron los champanes Roger Brun Brut Réserve Brut Grand Cru (Aÿ), Leclerc Briant Les Crayères Brut Premier Cru (Cumières) y Bonnaire Brut Grand Cru Blanc de Blancs (Cramant). El viernes 14 de octubre, todos más relajados, nos dirigimos a Le Mesnil (mi pueblo), para visitar la Union des Propriétaires Récoltants - Champagne Le Mesnil Grand Cru, cooperativa que provee vinos a un buen número de 'maisons' de Champaña para la elaboración de sus cuvées de prestigio. La mineralidad y la singular acidez de los vinos de Le Mesnil son garantía para un champán de larga crianza. Nos recibió Gilles Marguet, enólogo y director de la UPR, quien después de visitar las impresionantes instalaciones equipadas con las más modernas tecnologías nos ofreció diversos champanes en la cava de la cooperativa. Le Mesnil Blanc de Blancs Grand Cru, Le Mesnil Prestige Grand Cru Millésime 2004, el Millésime 1983, degollado en febrero de 2010, el Millésime 1978, también degollado en la misma fecha y nada más, a pesar de la buena disposición de Gilles Marguet para abrir algún viejo millésime más, porque el tiempo apremia y tenemos que partir hacia el restaurante.

Almorzamos en el restaurante Le Mesnil, cuya cocina está a cargo del chef Patrick Michelon, de los restaurantes Les Berceaux y Bistrot Le 7 de Epernay. Nos acompañaba Delphine Coustheur y catamos los champanes Pierre Péters Cuvée de Réserve Blanc de Blancs, Robert Moncuit Blanc de Blancs Brut Grand Cru y Claude Cazals Blanc de Blancs Grand Cru, todos ellos de Le Mesnil.


Después de comer, emprendimos el camino hacia Chavot para visitar Champagne Laherte de la mano de Aurélien Laherte, uno de los jóvenes 'vignerons' que han emprendido el camino de la búsqueda de la más auténtica calidad en la Champaña. Antes de la cata de sus champanes, visitamos uno de sus viñedos, concretamente el Clos, donde pudimos catar las uvas de las otras cuatro variedades de Champaña: petit meslier, pinot blanc, pinot gris y arbanne. Más tarde nos acercamos a la bodega, en cuya sala de barricas pudimos catar diversos vinos de diferentes parcelas y añadas.


Retorno al hotel y vuelven los nervios. Se acercaba la hora en que se conocerían los ganadores del concurso. Después de "arreglarnos" para la cena, nos dirigimos desde Aÿ hasta Reims. La cena de gala y la entrega de premios se celebra en la cava de Villa Demoiselle, propiedad del grupo Vranken-Pommery. En la recepción nos esperaban casi un centenar de invitados con muchas caras conocidas del mundo de Champaña: Jean Luc Barbier, director del CIVC, Bruno Paillard, en su calidad de presidente del comité comunicación del CIVC, Charles Philipponnat, Michel Drappier, Evelyne Roques-Boizel, Philippe Manfredini, de Champagne Gosset y un largo etcétera.


Compartí mesa, entre otros, con Nuria Gené, directora del Bureau de Champagne en España y Dani Corman, Ambassadeur du Champagne en España 2010 y Premio Especial del Jurado en la final europea. Después de visionar un video de presentación de los candidatos se dieron a conocer los ganadores: Grand Prix européen para la holandesa Anja Vondenhoff; Prix spécial du jury para el inglés Edwin Dublin; y Prix spécial du CIVC para la alemana Lidwina Weh. A partir de ese momento se pasó la presión previa a todo veredicto y los todos los finalistas pudimos cenar tranquilos. Y lo hicimos disfrutando de los champanes Demoiselle E.O., De Saint Gall Blanc de Blancs, Louis Roederer Cristal 2004 y Eric Rodez Millésime 2002. Una vez de nuevo en el hotel lo celebramos con más champán hasta casi las tres de la madrugada. Por momentos, tenía la sensación de que nunca tantas burbujas habían corrido por mi cuerpo. Eso sí, sin perder el control en ningún momento.


Al día siguiente, a primeras horas de la mañana, llegó al hotel el taxi que ya ocupaba Dani Corman (jurado y participantes en diferentes hoteles, por si acaso), que nos llevó hasta Reims para coger el TVG con destino al aeropuerto Charles de Gaulle. Comentamos que no está nada mal, para un vasco y un catalán, que les va esto del champán, se conozcan en Champaña. Y le aseguré a Dani de que nunca me hubiera imaginado que no ganar un concurso –nunca hay que decir que se ha perdido–, te deje un sabor de boca tan extraordinariamente agradable.