martes, 8 de diciembre de 2009

DESCUBRIENDO LA BOURGOGNE (2ª PARTE)



Nos despedimos de Aubert de Villaine y Bernard Noblet, y de nuevo en el autobús, Jean-Pierre nos conduce a La Gentilhommière, un coqueto hotelito, situado a las afueras de Nuit-Saint-Georges, en el corazón del terroir de la Côte d’Or, en el que nos esperan para el almuerzo en su restaurante Le Chef Coq. Se trata de un antiguo pabellón de caza del siglo XVI.

Su arquitectura confiere al lugar una elegancia especial. Tenemos un comedor privado reservado en la primera planta. Al subir, pasamos primero por un coqueto salón, en el que crepitan unos cuantos leños en la chimenea encendida. Algunos clientes degustan su aperitivo cómodamente instalados frente al calor del fuego.



En la antesala de nuestro comedor, se encuentra otro salón, totalmente equipado para entretener a los niños. ¡Que buena idéa! Aquí los padres almuerzan tranquilamente, y los niños entretenidos no molestan a nadie… Rosa está encantada, y posamos como dos crías, recordando a sus niños y mis nietos.

Nos han preparado un menú que resulta ser del agrado de todos, y a un precio más que razonable. En cuanto a la bebida, comenzamos por un blanco: Bourg Aligoté, económico, pero no nos convence. Continuamos con un Chardonnay Clos du Château (también Bourg) y acabamos con un tinto 1º Cru 2006 de Blagny: del Domaine Matrot, La Pièce sous le Bois, que resulta mucho más agradable, y por supuesto, mucho más costoso (58, €). En cada ronda "caen" entre 4 y 6 botellas, dependiendo de lo que guste, y doy fe de que estos comensales tienen el “piquito fino”… Almorzamos alegremente, y con tiempo suficiente, Jean-Pierre nos conduce a nuestro siguiente destino:

DOMAINE SYLVAIN PATAILLE

Ubicado en Marsanay-la-Côte, el Domaine Sylvain Pataille posee un precioso viñedo que se extiende sobre una docena de hectáreas distribuidas casi exclusivamente en el término municipal de esta AOC, en las que se plantó principalmente Pinot Noir, pero también algo de Pinot Gris, Pinot Blanc y Chardonnay.

Al finalizar sus estudios en Beaune, y conseguir el BTS (algo así como una Diplomatura Técnica Superior), Sylvain, estudió enología en Burdeos, y por fin, en 2001, decidió lanzarse a la aventura de ser viticultor-elaborador en su tierra natal. Primero asesoró a varios productores, como Groffier, Guyon, Duband, Roumier, Lécheneaut, etc, pero pronto decidió crear su propio “Domaine” comenzando con algo menos de 2 hectáreas en Masanay-la-Côte. La ayuda de su hermano Laurent, en las labores de viticultura. es fundamental . Realizan un trabajo de agricultura biológica y tienen un conocimiento perfecto de esta AOC.



Joven e inquieto, su nombre se murmura entre los viñedos de Borgoña... Hasta Parker comentó sus vinos por 1 ª vez en 2005. Hoy después de una década, Sylvain es responsable del despertar de Marsannay-la-Côte después un largo semi-sueño y ha conseguido, gracias a su esfuerzo y su talento, ampliar su Domaine, produciendo vinos muy bien elaborados, finos y elegantes. Cada año sus elaboraciones ganan en complejidad y profundidad, colocándose en el pelotón de los mejores vinos relación precio-calidad de la Côte de Nuits.

Descubrimos, entre otros, el Clos du Roy, vino denso, mineral y cremoso, con aromas de cereza negra, sutiles matices de hierba fresca, humo y cacao. Este es el que más me agradó de los que Sylvain tuvo la generosidad de ofrecernos. Una estrella naciente que habrá que seguir muy de cerca. Elabora además: Bourgogne Rouge, Marsannay Rosé, Marsannay Rosé Fleur de Pinot y Marsannay L’ancestrale.



Regresamos a Beaune. Cansados, pero felices.

Una ducha rápida, y a cenar. Esta noche, atendiendo a las recomendaciones de nuestros buenos amigos Custodio López Zamarra y Pablo Calatayud (ambos coincidieron en la recomendación), he reservado una mesa en Caves Madeleine de Beaune.



No se muy bien como describir el lugar. Esta a medio camino entre “antro-enoteca” y “viejo-bistrot-de-puerto”. Su alma-mater y propietario es Laurent, Loló para los amigos, quién se defiende bastante bien en español.

Creo que no hemos acertado el mejor de sus días. Es lunes, y fallan muchos platos, pero enfin, si los platos no han sido de nuestro agrado, nos consolamos pronto con la bebida, que aquí abunda y se sirve en copas correctas, a la temperatura adecuada. Comenzamos por un Meursault 1º Cru tinto más que correcto, y continuamos con un capricho (que la vida son dos días…): un Clos de Vougeot Grand Cru del 2000, francamente espectacular, vestido de rubi, con aromas de frutos rojos maduros sobre fondo marcadamente mineral, elegante, finísimo, con recuerdos de trufa y cuero, tan sútil como profundo y larguísimo... mmm

Después de cenar, un par de vueltas al pueblo para asentar el estomago, un poquito de “cotilleo” en la plaza principal entorno al equipo que está rodando una película, eso si, silenciosos y respetuosos con el Director que nos hace señas par que no hagamos ningún ruido, y nos retiramos a nuestros aposentos para descansar. Mañana nos espera otro día denso y frío, pero apasionante.

Del hotel, ya contaré algo más adelante…

1 comentario:

  1. Je pense que cette petite escapade s'est révélée à la hauteur de vos espérances. Quel magnifique résumé, bravo.

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